lunes, 19 de julio de 2010

DECLARACIÓN Diputado Enrique van Rysselberghe


En este último tiempo hemos leído críticas cada vez más duras e incomprensibles sobre la gestión del gobierno regional. En lo central ahora se ha cuestionado las instancias de participación generadas a solicitud de diversos sectores como montajes comunicacionales, a la vez que se cuestiona sin ningún pudor ni respeto a la autoridad legítima y debidamente constituida con descalificaciones que escapan de todo análisis político serio, ponderado y ajustado a la realidad.

Es increíble que los críticos de la actual administración regional no reconozcan absolutamente nada de lo obrado y conseguido en este último tiempo. Pero lo más notable es que algunos parlamentarios opositores piden al actual gobierno algo que durante su administración nunca dieron. Específicamente no recuerdo que el gobierno regional de la Concertación haya consultado a la alianza para cambiar de lugar al gobierno regional, desde la plaza de armas hacia la avenida Arturo Prat, del mismo modo, tampoco recuerdo que se haya creado una instancia de diálogo regional donde se invitara a todos los parlamentarios para abordar la crisis financiera, las crisis asiática o la crisis del gas. Por el contrario, el último recuerdo que tenemos del gobierno regional de la Concertación es que los parlamentarios de la UDI simplemente no fueron recibidos por el ex intendente en la última etapa de su gobierno.

Del mismo modo, el comité de reconstrucción nunca fue presentado como un órgano resolutivo ni tampoco como una instancia colegiada que tomara decisiones ejecutivas o que reemplazara a las actuales autoridades regionales. Tampoco puede sorprender que no todos los parlamentarios asistan a estas instancias, pues algunos han optado por restarse desde un comienzo, como un modo de negar la sal y el agua al gobierno nacional y regional por razones políticas subalternas e incompresibles en las circunstancias lamentables que hoy vive la región.

Creo que lo que corresponde en estos momentos es un llamado a la sensatez y la prudencia. Tenemos un ejecutivo regional que asumió en las peores circunstancias que un gobierno puede asumir, en medio de un terremoto, un tsunami y un estallido social. El daño estructural que posee nuestra región es profundo y no es de fácil resolución. Quienes crean que pueden facturar políticamente a cuenta de los daños que provocó el terremoto se equivocan.

La Alianza no sólo recibió una región a mal traer por los desastres naturales, sino también por años de promesas incumplidas y de una gestión de gobierno deficiente. Sólo hay que recordar que a pesar de todos los discursos oficiales del ex gobierno, la pobreza se incrementó en el periodo 2006-2009, que cinco de nuestras comunas han estado en el top ten del desempleo nacional y que las diferencias de ingreso de nuestra región con Santiago son enormes. Esta es parte de la herencia que hemos recibido y de la cual ninguno de los críticos de la actual gestión se hace cargo ni se responsabiliza. Y si nosotros como oposición asumimos una actitud constructiva y sobre todo de respeto a la autoridad, a pesar de que sabíamos que los resultados eran más bien malos, creo que corresponde que los nuevos opositores asuman, reconociendo las diferencias, la misma actitud de respeto y reconocimiento a la autoridad legítima y bien constituida.

Enrique van Rysselberghe Herrera, Diputado

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